sábado, 2 de mayo de 2020

ríos revueltos

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días somnolientos. calma chicha fuera. o al menos eso parece. la tormenta barrunta dentro. cuando la marea baja se ven los destrozos. y que destrozos. hago agua por todas partes. soy algo más que el herido leve de eloy tizón. no hay recetas para esto. salimos a la guerra con cuatro películas vistas y un par de series. ya verás que risa cuando llegue la hora del recuento. me afano en crear recuerdos que nunca tuvieron categoría de tal. no quiero olvidar nada. tengo la sensación de tener algo delante de los ojos que  me impide ver bien. me siento como la gallinita ciega dando vueltas sin parar. no puedo hacer pie. no sé que me hacía creer que llegar al final era sinónimo de subir al podium y medalla y champán. llegar al final, muchas veces, implica que vas a llegar con mucho menos de lo que empezaste. mucho menos. Santa Rita, Rita lo que se da no se quita. Ya, pero el que se fue a Sevilla perdió su silla. no puedo más que seguir. seguir. creo que meta es una palabra imaginaria que nunca ha existido pero en la que siempre nos han hecho creer. yo siempre quiero saber que pasa con la gente de las películas después de el the end.
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quienes saben qué escribo este impasse me empiezan a preguntar qué será de este diario cuando lleguemos a la fase 1. creo que éste diario se empezó a terminar el día que encontré la cafetería abierta y me llevé un café a casa. cuando me di cuenta que la primavera entraba a borbotones por la ventana. cuando descubrí las tres grúas que se hicieron brújulas. cuando, a pesar, de estar encerada nada estaba cancelado, ni tan siquiera postergado. esto es tan sólo un mientras tanto, un cambio de acto en la obra de teatro. creo que éste tiempo es la mejor metáfora para darnos cuenta de que, queramos o no, la vida como el agua del río no fluye dos veces por el mismo lugar.

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