martes, 19 de mayo de 2020

la rue romarin

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#racconto.
                                           
                              para Juan Tallón.

la rue romarin no sale en las guías de viaje. pronunciar el nombre de esta calle es peor que dar de comer a  tres tristes tigres  en un trigal. a no ser que seas parisino. ahí si que ya no hay problema. el problema es si eres de lyon y escuchas hablar de la rue romarin. no sale en las guías de viaje pero tiene historia como para hacer un libro de ella. o un cuento. no prometo final feliz. creo que ni hay punto ni final. es una calle estrecha. con poco sol. como si aún guardara la ausencia de aquello que pudo ser y no fue. como si la cuerda de una guitarra se rompiese en mitad del acorde de una canción. una canción sin terminar es rue romarin. hay un kiosko. vende prensa nacional e internacional. abre muy temprano y siempre hay gente a su alrededor. yo también. solo hojeo Le monde por hacerme la interesante. pago antes de que me llamen la atención. mientras decido por donde continuar veo una llave en el suelo. una llave con una cadena. todas las llaves abren puertas.  justo cuando voy a cogerla, la kioskera llega antes que yo diciendo que esa llave ya no abre nada. y para que sirven las llaves que no abren nada? yo tampoco lo sé. eso forma parte de lo que ya nadie cuenta de rue romarin.  el edificio número uno de la calle es totalmente distinto al resto de los que hay. como si se hubiese quedado desfasado. como si fuese de otra época. la puerta es de una madera muy antigua y da la sensación de que han querido forzar la cerradura. estoy por hacer una foto cuando la kioskera, que imagino habla correctamente español por culpa de los titulares internacionales, se acerca a mi y me dice que no estropee mi viaje a lyon gastando más tiempo en la  rue romarin. que es una calle condenada y que debería haber desaparecido cuando los comerciantes del siglo pasado cambiaron de lugar. que los lugares como las personas, a veces, se encuentran también en el sitio equivocado. continue mi paseo y olvidé por completo a la rue romarin, a la kioskera y a la llave. recibí una notificación en el móvil. la guitarra que compré con el dinero ahorrado de clases estaba en camino. es azul. ahora podría grabarme y escucharme una y otra vez con tan sólo apretar Rewind. la guitarra es azul. azul como el cielo de aquel día en la rue romarin.

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