sábado, 16 de mayo de 2020

la malcontenta

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la malcontenta vive en una villa. habla veneciano. pero solo, cuando nadie la escucha, blasfema en italiano. vive un poco más allá de mestre. en la ruta del brenta camino a padua. pero ella añora la laguna de venezia. y sus carnavales.  grandes fiestas organizaba. todo el mundo en venezia quería tener una invitación de la malcontenta en el  correo. meses antes se hacía traer las mejores telas desde oriente para sus vestidos. nadie superó jamás a la malcontenta en estilo, elegancia y belleza. pero sobre todo  nadie fue más inteligente que ella. todo el mundo hablaba de sí llevaba una vida demasiado alegre. otros que sí un amor contrariado fue  lo que la  alejó de la laguna. mucho se habla de ella pero pocos saben lo que ocurrió. la malcontenta recogió sus baúles y máscaras. cerró ventanas y echó postigos. y puso rumbo a la villa de los foscari. una fría mañana de febrero la vieron entrar en la casa y nadie más la volvió a ver salir. los colegiales cantaban en corrillo "la malcontenta perdió, nadie sabe que pasó, mal de amores son cuando la razón se bate con el corazón". la malcontenta blasfema en italiano. aunque ya no sabe ni porque lo hace. oye el frufrú de sus vestidos mientras lee libros por el largo pasillo. lee en latín y en cualquier otro idioma. se hace traer libros desde España. en castellano y muy bajito da las gracias a quien Le trae cada nuevo paquete. escribe cartas. escribe en veneciano y blasfema en italiano. añora venezia. y las fábricas de cristales. sueña en veneziano y blasfema en italiano. escribe un diario en una lengua inventada. muchos hablan de la malcontenta pero pocos saben lo que le ocurre. la malcontenta conserva su porte. se mira con el rabillo del ojo en el espejo del salón. está preparada. se despide en veneciano y blasfema en italiano. el fuego se come a bocados las cortinas y alfombras. el calor derrite porcelanas y mixturas. la malcontenta se aleja. nunca miró hacia atrás. no era ese momento de convertirse en piedra y no blasfemar en italiano.
la gente corre hacia la villa. todo el mundo grita en italiano. se oyen sirenas y cae agua de mayo. todos buscan a la malcontenta. pero nadie se atreve a entrar a la villa. "la malcontenta perdió, nadie sabe que pasó, mal de amores son cuando la razón se bate con el corazón"
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el año que viajé a venezia, no sé ni cómo ocurrió, me encontré con una pequeña librería de antigüedades. estaba  camino a rialto y en realidad  iba buscando una tienda donde comprar cristal de murano. pero encontré una librería. los libros llegaban hasta el techo y había un sillón de cuero marrón, un poco desvencijado, que invitaba a sentarse. imposible no fisgar entre las estanterías. había un tomo con el lomo con letras doradas. me sorprendió porque el título estaba en español. la malcontenta ponía. lo cogí y me lo llevé al sillón. en las primeras páginas había fotografías en blanco y negro de esta señora y a pie de página ponía que no Le temía a la alta marea y que en las noches frías de octubre y noviembre bailaba en la plaza de San marcos con el agua hasta las rodillas. me empezaba a caer bien esta malcontenta. la amonestaban una y otra vez por sus ideas alocadas, por sus fiestas en los tejados de venezia y por las peleas que día si, día también los hombres casaderos disputaban por ocupar un lugar al lado de la malcontenta. seguramente la historia tenga muchos más matices, pero el libro estaba escrito en italiano y yo no estaba muy hábil con el idioma. me di cuenta que al libro Le habían arrancado unas cuantas hojas del centro pues cuando volví a la lectura la malcontenta se había confinado en una villa de mestre y ni tan sólo un rayo de sol se atrevía a pasar por allí. nadie sabe que ocurrió y la gente de venezia olvidó pronto a la malcontenta. Le intenté preguntar al librero pero solo hablaba en veneziano y blasfemaba en italiano. continúe con la lectura y volví a descubrir que faltaban más páginas del libro. se notaba que alguien las había arrancado de un tirón. aún se veían los hilos que habían cosido esas hojas con el resto de la historia. hubo un fuego y la villa ardió por completo. todo el mundo creyó que la malcontenta murió allí adentro. pero el libro continúa y la malcontenta subió a un barco rumbo a españa. llevaba una carta y una dirección. ni una sola vez dudó en retroceder. seguía hablando en veneciano y blasfemando en italiano. me levanté del sillón y llevé el libro hacia el mostrador. apenas me costó un par de euros. me lo guardé en el bolso y salí. las campanillas de la tienda repicaron con mi salida. camino de regreso al hotel con el sol poniente como el fuego que avivó la leyenda de la malcontenta.

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