domingo, 24 de mayo de 2020

el tapiz

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#racconto
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cuando era pequeña enfrente de la casa de mis padres había una galería de arte. ocupaba parte de la calle y hacia esquina. las paredes estaban pintadas de amarillo y había que bajar tres escalones para poder entrar. yo nunca bajé esos escalones. a los niños el arte no les interesa. a no ser que... había un tapiz impresionante. para mi era una alfombra colgada de la pared pero mi madre me dijo que eso se llamaba tapiz. representaba una escena mitológica. en el centro un gran unicornio blanco gobernaba el mundo. y que unicornio. era un unicornio alado que para mí era pegaso el caballo volador. si te quedabas mirándolo durante más de un segundo casi podías ver como el viento Le removia las crines mientras   el agua del río fluía lentamente. me quedaba embobada mirándolo cada tarde cuando volvía del colegio. hasta me ponía nerviosa si giraba la calle y no conseguía verlo a la primera al final del escaparate. yo no entendía como nadie bajaba esos tres escalones y se lo llevaba a su casa. será que el arte no les gusta a los adultos. un día vi que en la tienda colgaba un cartel de se traspasa. los niños no saben de arte pero sí de sentimientos. y ese cartel significaba que pronto iba a ver cambios. y el unicornio iba a echar a volar. a los pocos días vi que del tapiz colgaba una etiqueta. ponía sesenta mil pesetas. creo que en ese momento me hice adulta. como podían decirme que las cosas mejores de la vida no tenían precio. mi unicornio alado solo lo podría tener un millonario que a lo mejor no Le gustaban los animales, ni los tapices ni el arte. nunca bajé los tres escalones de la tienda y ni se me pasó por la cabeza decirle a mi madre que lo comprase. a los niños no Le gusta el arte y a los mayores no Le gustan los unicornios. no tenía sentido. ahora soy mayor y me gusta el arte y los unicornios y me acuerdo perfectamente de aquel tapiz que merendaba conmigo por las tardes. ojalá que lo sigan mirando como solo un niño mira las cosas que le gustan. aunque sea arte y a los niños el arte no les interese.

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