ahora subo mucho
menos a la terraza. lo echo de menos. a lo mejor no se estaba tan mal en ese
impasse. pero cuando te acercas al final de algo puede haber riesgos de
derrumbamiento. hasta incluso si llegas a la cima. no hay nada en el mundo que
asegure nada a excepción de la fe. quien mas sabe de eso es indiana jones que
se atrevió a dar el primer paso de fe . a mi no sé si me mueve más la fe o
el tiempo. o ambas cosas. en el mundo donde si me pincho me sale sangre el
tiempo es la fe. fe de que mañana volverá a salir el sol, fe de que este dolor
desaparecerá, fe de que volverán tiempos mejores, fe de ser mejor persona, fe en tener más tiempo. fe de que tras las escaleras sigue mi terraza.
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la gente suele decir
que siempre quedarán los recuerdos y las anécdotas, las risas, los buenos
momentos….acaso no se pueden conjugar el verbo recordar en el futuro? porque al
final las cosas ocurren, ocurrieron, ocurrirán, como nuestra memoria mejor sea
capaz de devolvérnoslas y no es esto suficiente acto de amor? por algo, en la
tierra, somos fugazmente grandiosos.
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hay una frase que nos
gusta mucho soltar y quedar como el gallito del corral. “yo es que valgo más
por lo que callo”. si callas es muy difícil que pueda saber que ocurre, que
adivine lo que ocultas, te pueda ayudar. y puede ser que esté guardando un
secreto pero esa palabra es mejor mantenerla en secreto. nos gusta hacernos los
misteriosos como si así consiguiésemos más puntos extra. puntos que no sé
porque se canjean. hablar es lo más parecido a aterrizar y sin llevar puesto el
cinturón de seguridad. hablar es atreverse a volverse como un calcetín, a
limpiar las tuberías…hablamos para que las historias continúen. porque después
de una historia siempre hay otra.
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