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si pudiese hablar con mi yo de hace cincuenta y ocho días le diría que se pusiese cómoda. lo más que pueda porque esto va para largo. que no importan los cacharros que están por ahí para fregar. vas a tener tiempo de sobra. Le diría que cuelgue el abrigo en el armario y se ponga las zapatillas de estar casa y que olvide el calendario. que se lavé las manos y haga un buen acopio de provisiones y que no se preocupe por el papel higiénico que aún nos quedan muchos rollos. que saque el cazamariposas y se ponga a pescar los recuerdos que aún trae en los zapatos. que afile el lápiz porque habrá mucho para escribir y para contar. que si hace frio se ponga el abrigo y se suba mucho a las grúas de pacifico. que invite cada noche al sueño a dormir. que leerá por primera vez en ebook y hará de la barra de la cocina el home office. que estará pendiente de las noticias y aprenderá a hacer la postura del guerrero. que desempolvará el blog y vestirá a las mínimas de gala. que saldrá a bailar cada noche pero siempre manteniendo la distancia de rescate. que verá desde la ventana como el invierno, vencido por la primavera, desaparece y que los pájaros la despertarán por la mañana. que seguirá habiendo queso y vino y pelis y que querrá un baby Yoda en su estantería. que llegarán días raros pero que saldrá de ellos porque siempre lo ha hecho. que escalará curvas y desescalará fases y que el café en vaso de cartón será el topten del confinamiento. que volverá a hacer kilómetros por Madrid y estrenará las rozaduras de la nueva normalidad. que no espere un punto y final porque esto no ha hecho más que empezar.
sábado, 9 de mayo de 2020
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