A veces (se) necesito llorar
a moco tendido
y a moco recogido,
pincharme un dedo
que no lleve escudo ni dedal
y echarme a dormir
con el gps apagado,
no vaya a ser
que walt disney
me mande un príncipe
de esos
que van a juego
con el payaso de micolor
que, para payasos,
ya me quedo con IT
que al menos
él si que consigue ponerme
los pelos de punto.
A veces necesito descrear
para volver a empezar
a remendar lo que deje
en el intermedio por
una visita urgente
al baño para desatascar
una lágrima conflictiva.
Juego a hacer malabares
con los hilos de una araña
que
muy ufana
piensa que no me va
a devolver la fianza
por imperfectos.
A contraluz hasta
me puedo reir de
todo esto,
hacer de un palo la varita
de mi hada madrina
que está en NY en un intensivo de inglés
y darle el aliento de un
dia bisiesto.
a lo mejor
solo hace falta
un minuto más sin parpadear,
un minuto más sin respirar,
un minuto más sin pensar,
a lo mejor solo me hace falta saber
donde se van los patos de Central Park
cuando el lago se hiela
el problema es que eso no es un problema
porque hace mucho que conozco esa adivinanza
que Salinger se inventó para Oona...
a lo mejor todo esto
surge de un intento desesperado
de pedir y demandar atención
como una especie de berrinche senior
que queda excluido
por encontrarse
fuera del rango de edad permitido.
a lo mejor
todo es tan sencillo
como decir
"ábrete sésamo que quiero pasar"
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