estoy a una semana de ser parte de la fase 1 y estoy tan tranquila sentada en el sofá. lo de tranquila es un decir. cualquier atisbo de quien era aquel viernes de marzo ya es un recuerdo borroso. hacia viento y llevaba mi abrigo de lana gris. mi reflejo hoy en el espejo es el dedito acusador de que tendría que haber ido a la peluquería pero en febrero. cuando marzo marcea, mayo mayea. aunque hoy hasta una nube ha venido a dejar unas gotitas. mayo marcea. aquí todo tiene cabida. no esperes que nadie te pregunte si te va bien. el juego sube de nivel y solo los mejores pasarán al siguiente . tengo una rozadura XXL que sirve como justificante. y haciendo todas estas cábalas salía esta mañana a disfrutar de la hora de paseo, intentado que la tirita no se me moviese cuando al cruzarme para no romper la distancia de seguridad me han dicho Buenos Días. así, con mayúsculas, buenos días, de viva voz, dirigido a mi, un buenos días que me han sonado como campanillas en mi cabeza, ondas sonoras que se han acoplado en mi cabeza descendiendo por mi cuerpo hasta formar una sonrisa y articular otro buenos días a ese desconocido. será posible que no hayan cambiado tanto las cosas como nos quieren hacer creer?
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muchos días, como hoy, siento que las palabras, que las historias no fluyen, que hay atasco entre mi cabeza, si es que escribo con ella, y mis dedos. en esos momentos me pregunto si no será que ya no tenga nada importante que contar. pienso haciendo fuerza, como si eso fuese posible, para que surja algo. pero nada. parece que nada tiene importancia. puede que sea un problema de punto de vista. como decía Walt Whitman "te estoy esperando. si no me encuentras aquí, búscame en algún otro lugar. no desesperes. en algún lugar te estoy esperando." Laura Ferrero dedicaba su novela "a los que buscan". y nunca una dedicatoria tan escueta encontró a tanta gente. salgo a buscarte. no tardes.
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