miércoles, 26 de julio de 2017

Cualquier hora pero no cualquier momento...

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en un mundo en el que creemos que las fronteras y la intimidad ya no existen, un mundo donde todas las mirillas están hechas a la medida de nuestros ojos, un mundo al zoom de una fotografía, de un instante que de fugaz no llega ni a estrella, resulta que, a pesar de todo, los lobos siguen cuidando su guarida y permitiendo el paso a los que son de su confianza, que el camino no es solo del caminante, que el sol también pertenece a la sombra que, alargada, te acompaña sin rechistar, que porque ocurra todo los dias no es sinónimo de que pase siempre...
paseando por el barrio de las letras en una tarde que ya no sabia como mejorar ,me he tropezado con una pequeña tienda que, de lejos, me pareció una exquisita tetería vintage y que, en mi despiadado afán de saturar el carrete del móvil, me acerqué sin darme cuenta que, como en un museo, estaba traspasando el cordón de terciopelo rojo. ese momento en que los guardias de seguridad te dicen que por favor de un paso atrás porque te estas extralimitando. Extralimitarse. Ir mas allá de los límites. Límites permitidos. Marcados por unas lineas invisibles que tintinean como cascabel y gato si te atreves a ir un paso mas. Me quedé perpleja. Con el objetivo ya enfocado hacia mi deseo el dueño de esta pequeña tienda de decoración me negaba hacer la foto de mis sueños. Me dice que no quiere ver su trabajo fuera de la proyección ,del camino que el tiene pensado para sus objetos, como una madre que sigue los primerizos pasos de su hijo. Me disculpo. Una y mil veces. Me he metido en su casa sin llamar, sin ser invitada, sin tan presentarme siquiera, creyendo que era libre para llevarme algo que ni habia pedido. Me he vuelto a disculpar. Alabo la belleza que rezuma esa mesa de te con una costilla de adan como guarnición. Le digo que me gusta escribir aunque no soy escritora y que justo su escaparate me ha dado una idea para trazar unas cuantas líneas con algo de atino si las musas me visitan. Su cara ha cambiado. Me invita a entrar. Da la luz. Me explica porque su mal humor temprano. Yo también lo entiendo. El arte sea cual sea su manifestación lleva el alma de su creador. porque no hay un alma que para dos cuerpos sirva. lo transformo, me transforma. esa teoria de que todo está en expansión. de una calle empedrada a un rato de la puesta de sol a un dispositivo que expande cada sílaba, cada fotograma a puertas que, aún cerradas, cuelan todo lo que brilla.

Hereda2 en C/San Pedro, Madrid

Hoy en Just A Tea Dress suena

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