Aún puedo recordar como me ponía roja como un tomate, me ardía la cara, se me aceleraba la respiración y se me alborotaban las pequeñas habitantes de mi estómago cuando el chico que me gustaba pasaba por tu lado ¡ y ya ni te cuento si te miraba o te saludaba! te pasabas el día como Heidi de nube en nube.
Que aún puedo recordar el olor de la tierra tras una tormenta de verano, el pelo mojado pero limpio, la cara llena de pecas y de aquel vestido que se anudaba en la espalda, de la coca-cola a media tarde, un plato de patatas fritas y una sonrisa de dientes imperfectos.
Ahora todo eso ya no está de moda. ni es posible catalogarlo como vintage siquiera...nos hemos vueltos más fríos que las gárgolas que acompañaban al jorobado.
Ahora nadie da el primer paso si no hay un beneficio de antemano. Ahora nadie se la juega por nadie, ahora nadie tararea el corazón partío de Alejandro Sanz, ahora ya nadie se acuerda de la pobre zarzamora...y así nos va.
A mi la primera, que tengo el tejado lleno de todas las piedras que nunca tiré. lo negaré más veces que Pedro negó a su maestro si con ello consigo que ese halo no me roce ni me perturbe, no me vaya a desequilibrar y entrar en armonía con el universo.
estamos en peligro de extinción. el ser humano tiene miedo de si mismo y se refugia en soledades digitales que reflejan el espejismo de lo que realmente desea...puede que algún momento vaya a alterarse todo...¡ que parezca un accidente! que la mecánica del corazón no se altere lo más mínimo no vaya a ser que por el bombeo acelerado llegue a despertarse aquella mariposa que se quedará para siempre en oruga.
No me gustan las orugas ni las mariposas pero me encanta la sensación de todos los nudos que se desatan en mi interior cada vez que miro a alguien a los ojos, cuando saco los colores o me reconforto en un abrazo...
Y tú....aún conservas las calabazas que te dieron por valiente?
Que aún puedo recordar el olor de la tierra tras una tormenta de verano, el pelo mojado pero limpio, la cara llena de pecas y de aquel vestido que se anudaba en la espalda, de la coca-cola a media tarde, un plato de patatas fritas y una sonrisa de dientes imperfectos.
Ahora todo eso ya no está de moda. ni es posible catalogarlo como vintage siquiera...nos hemos vueltos más fríos que las gárgolas que acompañaban al jorobado.
Ahora nadie da el primer paso si no hay un beneficio de antemano. Ahora nadie se la juega por nadie, ahora nadie tararea el corazón partío de Alejandro Sanz, ahora ya nadie se acuerda de la pobre zarzamora...y así nos va.
A mi la primera, que tengo el tejado lleno de todas las piedras que nunca tiré. lo negaré más veces que Pedro negó a su maestro si con ello consigo que ese halo no me roce ni me perturbe, no me vaya a desequilibrar y entrar en armonía con el universo.
estamos en peligro de extinción. el ser humano tiene miedo de si mismo y se refugia en soledades digitales que reflejan el espejismo de lo que realmente desea...puede que algún momento vaya a alterarse todo...¡ que parezca un accidente! que la mecánica del corazón no se altere lo más mínimo no vaya a ser que por el bombeo acelerado llegue a despertarse aquella mariposa que se quedará para siempre en oruga.
No me gustan las orugas ni las mariposas pero me encanta la sensación de todos los nudos que se desatan en mi interior cada vez que miro a alguien a los ojos, cuando saco los colores o me reconforto en un abrazo...
Y tú....aún conservas las calabazas que te dieron por valiente?
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