La luz de Candela eres tú. Y Manuel. O cualquier otro nombre propio. Y también son unas ganas desmesuradas de recomponer un mundo que solo existe en la deriva de la mente. Porque en toda relación el que más quiere es el más vulnerable y, por consiguiente, el que sale perdiendo… ¿verdad que sí Candela?
Mónica Carrillo es licenciada en Periodismo, diplomada en Turismo y coqueteó con la arquitectura antes de trabajar como redactora y presentadora en TVE y, en la actualidad, trabajar en A3 en las Noticias de las 21h. Muy activa en las redes sociales, ha conseguido la fidelidad de miles de seguidores gracias al ingenio de sus tuits y de sus #microcuentos.
Candela baila como un lazo en un ventilador, desmonta como nadie el momento cumbre de Los Puentes de Madison para terminar convertida en una chica delante de un chico pidiéndole que la quiera porque… ¿sabes qué es esto? Es mi corazón y está roto.
La luz de Candela se lee de un tirón porque así duele menos, como cuando te arrancan el esparadrapo de la piel. La luz de Candela es una oda al proceso de duelo que va inmediato a la etapa del desamor, a la caída de tres metros sobre el cielo. Un flujo de conciencia que sale a borbotones, y, solo, en ocasiones, salpicado con las apariciones estelares de Berta y Jimena, las amiguísimas, Jota, el primo de Candela y hasta un novio-puente francés llamado Pierre.
La luz de Candela es un decálogo de los posibles estados del Whatsapp que llega hasta la mismísima aceptación de que Adam Levine es el hombre pluscuamperfecto y, para colmo de males, él también lo sabe.
Pero lo mejor de todo no es que Candela haya querido a Manuel como nadie, que le haya dado besos. Rió como nadie; lo mejor de todo es que Candela está rodeada por sus amigos de manera incondicional… porque ¿sabes qué? los amigos están para eso.
Te quise como si no me fueras a romper el corazón. #microcuento | @MonicaCarrillo | #laluzdecandela
Hoy en Just a Tea Dress suena
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