martes, 18 de febrero de 2014

Mamá Fashion en Apuros Vol.IV

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Que amanezca lloviendo ya es bastante desastroso para la pulcritud de mi cabello y el largo de mis pantalones Calvin Klein, pero que, además de la lluvia, mi querubín tenga que llegar a tiempo a la guardería se convierte en misión imposible ( y os aseguro que Tom Cruise no está por ningún lado)
Con la ley de Murphy bajo el brazo era de esperar que la puerta del garaje no se abriera y tuviese que recurrir a la fórmula manual. Mis dedos se engrasan, y no precisamente de aceite de Clarins, y el puño de mi abrigo Beatriz Peñalver cambia de tonalidad. Mis salones Jimmy Choo aterrizan en medio de un gran charco y reniego de la información meterológica que no me advirtió de estas catástrofes naturales (¿cubrirá todo esto el seguro?)
Acomodados en el coche me doy el visto bueno con el espejo retrovisor para comprobar que un tiznajo me cruza la mejilla otrora Orgasm de Nars. Oh My Good! Good saves the Queen!
Sin tiempo para nada más le robo una toallita Mustela a mi retoño que ajeno a todo toma su biberón y me mira con sus ojitos brillantes. Sonríe y erupta. Ahora sí, parece que la cosa marcha. Con la cara limpia encendemos motores hacia un nuevo día.
A Dios pongo por testigo que jamás volveré a abandonar mis Hunter Boots al fondo del vestidor.
 
Fdo. Mamá Fashion en Apuros
 

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