´"Érase una vez un chico de cuento que había leido mucho sobre tulipanes, noches sin lunas y princesas desencantadas.
Un segundero sin reloj que nos sitúa en la tercera línea de un viaje sideral a una taza de te, tan caliente, que hay que esperar dos líneas más para el primer sorbito.
Y es que parece que en esta vida todo es esperar, porque ya sabes, las cosas de palacio van despacio, y que yo también quiero mi corona, que algo de realeza tendré, ¿por qué sino para que sirve una Z en mi nombre?
Pero el te se enfría y los tulipanes se marchitan y el tiempo cae lentamente. Quizá sea un buen momento para tener reloj o comenzar un largo viaje al reino de Nunca Jamás. Porque la carretera está hecha para quemarla, las ruedas para desgastarlas y los arcenes para recoger a autoestopistas que han leído mucho sobre tulipanes"
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