hay que tener cuidado con las metáforas, no son muros de carga y a la mínima se desploman como naipes de baraja. pero más difícil es hacer tangible lo que ni siquiera existe. Imagináis donde llevaría Víctor Hugo al jorobado y Esmeralda en una situación como esta cuando notredame aún está a medias? Decía Ernest Hemingway que cuando soñaba con el paraíso siempre lo hacía con París. París es una fiesta, París no se acaba nunca y yo, bajo cualquier pronóstico, tan feliz que ni me entero.
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mantener la calma es casi un estilo de vida. debería haber simulacros de mantener la calma, al menos, un par de veces al día. y tener un kit de emergencia si llega el caso. poderla comprar en el súper y luego consumirla al gusto. leía que ni la felicidad ni la tristeza se pueden tener en modo superlativo y constante porque sería como vivir en un tsunami continuo. que lo bueno si breve dos veces bueno pero, está claro, la calma elevada a n es el éxito de estos días.
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desde la terraza pienso en cómo hablaran de nosotros cuando todo esto acabe. si llegaremos a tener el status de las pirámides de Egipto o nos caerá un velo de belleza como el que tiene el tajmajal al atardecer . menudo trabajo Le cae al que crea las leyendas. seguramente hay más locos que sabios por todos estos tejados, pero ya sabéis lo que ocurre llegado a este punto. el loco se atreve a llegar donde nadie ni siquiera imagina. quizá por eso estoy aquí mirando el cielo pensando en quién hablara de nosotros cuando esto ya sea leyenda.
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