estoy segura que cuando pides un deseo se abre una brecha espacio temporal por donde se cuelan montones de otras cosas. los vamos a llamar los antideseos. como el chollo y el antichollo del un, dos, tres. porque cada uno llama a las cosas por el nombre que las reconoce. y todas esas partículas son pequeños meteoritos que colisionan con nosotros en forma de "hoy no debería llover" , "donde puse esa camisa" o "no tenía cinco euros en la cartera" . pero que pasa si el deseo se concede? hay que dar algo a cambio? es la naturaleza por defecto generosa? creó la mariposa pero también el batir de sus alas que provocan un huracan al otro lado del planeta. la de cal y la de arena. nunca sé cual es la buena. cara o cruz sin pensar nunca que la moneda pueda caer de canto. estadística lo llaman. hoy, estos días, son el canto de la moneda en pie sobre el eje terrestre.
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y seguimos todos como Godot, esperando. hay un ensayo titulado el tiempo regalado que habla sobre esperar. pero esperar es una lata. y desespera. el niño espera a ser mayor, el mayor espera al amor, el anciano a la muerte, el invierno a la primavera. hoy espero. hay un gran reloj de arena y cada granito es un día. pero realmente no esperamos el último grano sino la mano que lo gire y cambie el sentido. hay todo un arte en el saber desear.
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hace muchos años, tantos que ya parece que no existieron, que sentí como el silencio me taponaba los oídos. me inundó como si alguien me hubiese tirado al mar. de repente todo estaba en mute. llegó sin avisar y se instaló. no me quedó más remedio que sentarlo a la mesa a comer. hacerlo parte de mi vida. a cambio el también se tuvo que acostumbrar a mi. nos hicimos colegas. la vida siguió. estoy desayunando. día 29. quedan muchos más aún. preparo otro café. mis invitados siempre regresan.
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