que tengas buen viento

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cuando vi la peli del mago de Oz Le cogí un pánico tremendo a los días de viento. pensaba que en cualquier momento una ráfaga de aire se iba a convertir en un huracan y se iba a llevar por delante la vida que conocía. y la idea de que apareciese una bruja ya ni te cuento. hoy hace viento y el cielo tiene un color que no está en la escala pantone. mi vecino apunta con el dedo a las nubes que se mueven. me encantaría poder seguir esa nube y ver hasta donde me lleva. sin necesidad de baldosas amarillas. o de una fase que me diga que ya puedo volver a casa. en los límites se abren todos los interrogantes. cuando es brisa y cuando es viento. cuando es viento y no es huracan. cuando es tornado o ciclón? quien llegó hasta el límite para medirlo y para contarlo? recuerdo que mi profesora de filosofía explicaba la metafísica de descartes como mi abuelo me decía que yo no cabía en la tripa de esa araña que tanto me asustaba. muchas veces no comprendemos las cosas ni los límites porque también somos parte de ellos mismos. somos segmentos limitados, caminamos constantemente de a hasta b y a la inversa  sin darnos cuenta del momento en que pasamos el testigo. sigue caminando. ojalá tengas buen viento.

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siempre pienso que el que se va es el más afortunado de la historia. afortunado porque va a descubrir nuevos lugares, personas, sitios... y el que se queda sigue con todo tal y como lo conoce. pero nunca vemos la cara del que se va, solo su espalda que se va borrando en el horizonte y después nada. a mi me gustaría que el que decide irse vuelva y nos cuente que tal Le ha ido. que ha visto, que lugares ha conocido, que cosas Le han pasado. a mi me encanta regresar. volver al lugar del que partí. preguntar que ha ocurrido mientras he estado fuera. supongo que por eso la vida no se parece en nada a las películas. porque a veces si vemos la cara del que se va o escuchamos lo que aún tiene que decir y te pilla sin el guión a mano. houston tenemos un problema. a veces, cuando creemos que todo está resuelto, no nos queda más remedio que improvisar y pedirle a Sam que la vuelva a tocar. y acción.