me voy a dormir y veo que la ventana de mi vecino aún está iluminada. apenas le conozco. y puede que este tampoco sea el mejor momento. justo ahora que de lo que más podríamos hablar es del tiempo. mi gato Víctor ya lleva un rato durmiendo. creo que, de todos, es el que más se ha percatado de que algo sucede afuera. cuando abro la puerta de casa ya no sale a buscar el sol en la azotea. me alegro de no haber perdido el sueño. lo que he recuperado son las pesadillas. parece que ellas también están de cuarentena en mi cabeza. pero confío en Camus y su verano infinito. y sé que por esta ventana, muy pronto, entrará algo mucho más fuerte que la oscuridad de hoy. aquí no hay sitio para el lado oscuro. que la fuerza os acompañe.
domingo, 22 de marzo de 2020
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